EN COLOMBIA NO VA A HABER PAZ
Popayán, 23 de noviembre de 2016
“El desarrollo no es más que una
hipótesis de dominio”.
Lacan
En Colombia a corto plazo no va a haber paz. Esa es la realidad.
La guerrilla de las FARC silenciará y dejará las armas, es decir, esa guerra irregular y degradada terminará pero... eso no significa que va a haber paz. No seamos ingenuos.
No podemos hacernos ilusiones. Las causas del conflicto social y armado se mantienen y no van a ser resueltas en el corto plazo.
La derecha-extrema encabezada por Uribe va a hacer hasta lo imposible por impedir que los excombatientes guerrilleros hagan política legal, van a tratar de repetir lo que ocurrió con la UP y contarán, con la complicidad de un gobierno débil y vacilante que no tiene el control sobre sus propias fuerzas armadas.
Debe surgir y aparecer un "movimiento social y político de nuevo tipo" que unifique a las mayorías colombianas para derrotar a todos los corruptos (tanto los del SI como los del NO) y que nos permita empezar a resolver los problemas que alimentan la guerra como son:
- La arbitrariedad, ilegalidad y corrupción que se mueve alrededor de la economía del narcotráfico, la minería ilegal y los grandes mega-proyectos minero-energéticos, que son los que actualmente financian a grupos paramilitares y bacrim, y atropellan a la población que se opone a sus planes de explotación y despojo.
- La presencia dentro de las fuerzas armadas (ejército y policía) de agentes de la extrema derecha que conspiran contra el mismo gobierno. Esos militares corruptos tienen nexos en las regiones con todos los partidos políticos, tanto del Centro Democrático como de la U, Cambio Radical, Liberal y Conservador, quienes posan de pacifistas en Bogotá pero alimentan la violencia en las regiones.
El "movimiento social y popular" y las izquierdas consecuentes deben exigir al gobierno nacional se declare una Emergencia Nacional, depurar a las fuerzas armadas, movilizar al ejército y a la policía en las regiones para atacar y exterminar los grupos paramilitares y bacrim existentes, que delinquen en todo el territorio nacional y están listas para seguir masacrando a los dirigentes ligados a las guerrillas o a sus expresiones políticas cercanas.
De lo contrario, todo lo que se haga en el Congreso, todos los acuerdos y firmas, todos los discursos bien intencionados de Santos y demás personajes, sólo serán una pantomima más, un engaño, una farsa, como las que ya han ocurrido en "procesos de paz" anteriores en 1953, 1958-61, 1990-91 (que tienen antecedentes históricos como la traición a los Comuneros en 1781 y el asesinato de Gaitán).
Mientras ello no ocurra las fuerzas políticas que surjan de la guerrilla van a tener que organizarse de otras formas, "no dar papaya", mantener ciertos grados de clandestinidad, fortalecer sus redes de inteligencia, no ser ingenuos, proteger a sus líderes, ayudar a detectar a los delincuentes que están al servicio de la extrema-derecha asesina y proteger su vida, antes que todo.
La "paz simple y pura" nunca existirá en Colombia. Sólo habrá verdadera paz cuando derrotemos políticamente a la oligarquía y desarmemos a quienes siempre han vivido de la guerra.
Nota: Exigir hechos y no más palabras; acciones y no papeles firmados; actos de verdad y no debates insulsos y falsos.
Nota: Exigir hechos y no más palabras; acciones y no papeles firmados; actos de verdad y no debates insulsos y falsos.
Fernando Dorado ha dicho que el movimiento social y popular y las izquierdas consecuentes deben exigir al gobierno nacional una serie de medidas para impedir que los paramilitares y las bacrim sigan masacrando a los dirigentes ligados a las guerrillas o a sus expresiones políticas cercanas, pero olvida que el gobierno y todo el Estado están en las manos de la clase política, la cual en su nivel más alto, en su cúpula, hace parte de la oligarquía y en los demás niveles subalternos es obsecuente servidora de la misma oligarquía. Y también olvida que a la oligarquía y a la clase política no le conviene la paz, porque mientras exista la violencia puede reprimir cualquier manifestación de inconformidad o de rechazo a los abusos de autoridad o de la corrupción administrativa y puede impedir la integración de movimientos políticos sociales y populares. Por tanto, de nada sirve pedir al gobierno nacional esas medidas; será una pérdida de tiempo, un desgaste de energías y una distracción del camino a seguir.
ResponderEliminarEl movimiento social y democrático necesita concentrar sus energías en la elaboración de un proyecto de nueva Constitución Política de Colombia mediante el cual se instituya la democracia, suprimiendo el régimen presidencialista y la fingida democracia representativa, estableciendo en su lugar el gobierno del pueblo, en el que la Asamblea Legislativa que reemplace al Congreso tenga la obligación de convertir en leyes fiel y exactamente los programas de gobierno que sean escogidos por la mayoría de los votos de los ciudadanos en los procesos electorales que periódicamente se realicen. La mayor parte de la actividad del movimiento social y democrático se debe realizar organizando la difusión de ese proyecto de Constitución en todo el territorio nacional entre los habitantes de todas las veredas, corregimientos, comunas, barrios de ciudades y localidades, creando en cada lugar grupos de integrantes del movimiento, silenciosamente, sin estridencias pero con mucha fe y esperanza en el futuro, hasta conseguir la gran mayoría con la que se pueda obtener una gigantesca mayoría de curules en el Congreso de la República y desde allí lograr la convocatoria de la Asamblea Constituyente que apruebe la Constitución democrática que será el instrumento necesario para que el pueblo colombiano tenga el poder político suficiente para derrotar a la oligarquía. Saludos.