Queridos delegados e invitados
al Congreso del Partido Verde.
Les agradecemos la invitación a
compartir con ustedes algunas reflexiones sobre nuestro país. Lo hacemos en
nuestra calidad de ciudadanos, que sin pertenecer a ninguna de las vertientes partidistas presentes, hemos
seguido con entusiasmo y expectativa el proceso de convergencia y alianza que
aquí nos convoca.
Por qué la expectativa alrededor
de éste Congreso? Cuál es la oportunidad que tienen los delegados aquí
presentes? La baja popularidad del Presidente, la disputa política entre otroraprimos
y alegres compadres, el vaivén de las encuestas hace que crezcan aquellos que
responden con insistencia que la gran oportunidad que tenemos consiste en armar
una tercería para ganar las elecciones de 2014.Tenemos otra visión. La
circunstancia crítica y fundamental que puede cambiar el panorama político
colombiano sustancialmente, no es una tercería para las próximas elecciones
sino unas mayorías ciudadanas para construir la paz en los próximos 10 años. Nuestra
gran oportunidad es que podemos quitarnos al fin el yugo de la violencia y el
dominio inmerecido de todos sus protagonistas. Nuestra gran oportunidad es que
podemos quitarnos de encima a la guerra y sus protagonistas como la excusa que
acalla y aplasta las legítimas demandas ciudadanas y regionales de inclusión,
equidad, dignidad y desarrollo para las mayorías. Nuestra gran oportunidad es
que podemos transformar las mayorías ciudadanas que protestan en mayorías políticas
que transforman.
Nuestra gran oportunidad es la
paz. Y no aportaremos a la construcción sólida de la paz con una convergencia
fabricada para que pase el umbral en los próximos meses, sino con unas mayorías
ciudadanas sólidas y sostenidas que transformen a Colombia en los próximos 10
años. En ese marco, y con todo respeto, el gran desafío de las vertientes y delegados de este Congreso es
demostrar que no son un mero y apresurado matrimonio por conveniencia electoral
sino una plataforma solida y duradera de
transformación política y social. Eso está por verse.
Sólo se llega a lo que se quiere
si se parte con realismo de lo que se tiene. Esas mayorías ciudadanas son
diversas, son regionales, son campesinas y citadinas, son fundamentalmente nuestras
clases medias y populares, son de centro izquierda y también son de centro
derecha. Quienes aspiran a representarlas tienen que hacer un esfuerzo genuino
por ser como ellas. Deben tener una oferta unida en principios éticosy
propósitos fundamentales, pero una diversidad real en perspectivas ideológicas,
en cómos y en quiénes. No por amabilidad aparente entre posibles contrincantes
sino por comprensión real de la diversidad ciudadana que aspiran a representar.
Quienes desde aquí aspiran a representar las actuales mayorías ciudadanas deben
aceptar el desafío de sustituir a los intermediarios de viejos bandos, no
pueden insistir en alianzas impresentables conquienes han cogobernado con
mafias y degradado la política.Los colombianos reclamamos cambio político real no
alianzas vergonzantes ni maquillajes aparentes.
Pese a los valiosos esfuerzos
que como ciudadanos, servidores públicos o representantes electos han hecho los
acá presentes, las mayorías ciudadanas a las que me he referido ni están en el
seno de esta colectividad política ni están en el seno de ningún otro partido.
La realidad palpable es que todas las colectividades políticas están
desconectadas de las mayorías ciudadanas. La tarea emocionante que tenemos para
los próximos 10 años es reconstruir esa conexión entre política y ciudadanía,
entre gobierno y mayorías, entre demandas y soluciones. Ese es el gran desafío
del pos conflicto. Ofrecer, al fin!, inclusión, ingreso y desarrollo digno a la
Colombia campesina; construir seguridad con justicia, no sólo con fuerza; ofrecer seguridad
con justicia pública para todos, no sólo para unos pocos en las zonas urbanas. Nuestro
desafío es que el Estado llegue, al fin!, con carreteras, con inversión,
con inclusión real. Que las regiones dejen
de ser un adorno retórico y sean realmente los ejes de nuestra integración
nacional. Que la educación y la salud sean derechos universales para
desarrollarnos y convivir no sólo para tratar de sobrevivir. Nuestro desafío es
que la apertura comercial sea una oportunidad para desarrollar nuestro
potencial no para destruir nuestra naturaleza y producción. En fin, nuestro
gran desafío es integrar a la Colombia urbana y la rural, para que dejemos de
ser dos Colombias que se miran con recelo y desprecio, y pasemos a ser una sola
que se construye con dignidad y respeto.
Esa es la magnitud y belleza de
nuestro desafío colectivo. Esa es la perspectiva que nos convoca a hacer
convergencia. En nuestra calidad de ciudadanos independientes hemos prestado
nuestro concurso para ser bisagras de integración política y regional de ésta
convergencia verde, y así lo seguiremos haciendo. Más que tomar partido,
queremos seguir facilitando encuentros y acuerdos. Vamos a continuar
recorriendo las regiones, invitando a muchos a sumarse a una convergencia como
la que visionamos.
No perdamos la perspectiva.
Nuestra gran oportunidad es la paz. Sólo si se acalla el escandalo de la
violencia se escucharán y atendrán las demandas ciudadanas. Sólo si la
ciudadanía se organiza hará valer sus mayorías. Sólo si esas mayorías crecen
elección tras elección en los próximos 10 años lograremos la transformación. No
nos hacemos vanas ilusiones, el único aporte real de los armados a la paz es
dejar sus armas y renunciar a la violencia. La paz la haremos nosotros, sólo
pedimos su desarme. Tampoco nos hagamos falsas expectativas. Sin la
desmovilización de las armas y la violencia, nuestra vida y nuestra voz seguirán
relegadas.
Que nadie se levante de la mesa
de la Habana. Que no frustren otra vez la necesidad inaplazable de la paz. Los
colombianos no apoyamos la paz por cálculo electoral sino por necesidad vital. Que
nuestro compromiso absoluto con la paz no se preste a mal interpretaciones;
estamos jugados por la paz no por la mermelada de la Unidad Nacional.
Qué bueno que el Partido Verde
haya abierto sus puertas a ser espacio de construcción de convergencia. Qué
bueno que Progresistas haya aceptado esa invitación y sea parte de esa construcción. Pero el país que aspiramos
a representar necesita mucho más que dos. Necesita miles, ciento de miles de
compromisos ciudadanos, de expresiones regionales y de voluntades
individuales. Qué bueno que ya somos más
de dos, sólo hace falta el resto del país. Con ese país vamos a seguir
adelante.
Muchas gracias!
Claudia López
Álvaro Jiménez
Eugenio Marulanda
Armando Novoa
Francisco Leal
Jorge Iván Ospina
Alberto Navarro
Jorge Eduardo Arbeláez
Jorge Iván Gómez
Juan de Dios Graciano
Juan Felipe Palau
Moritz Akerman
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