Páginas

lunes, 3 de enero de 2011

POR UN PLAN DE EMERGENCIA SOCIAL Y ECONÓMICO PARA EL CAUCA

Carta a la clase política caucana

Señores/as representantes políticos del Cauca:

He creído conveniente enviarles esta misiva de año nuevo (2011). En pocos días presentaré mi nombre al escrutinio de mis conciudadanos caucanos como Candidato a la Gobernación del Departamento. Lo hago en mi calidad de dirigente social.

A pesar de haberme ausentado del escenario público durante un buen tiempo - por enfermedad y limitaciones físicas -, sigo considerándome dentro de la categoría de un dirigente cívico y civilista. No porque sea directivo de alguna organización social sino por lo que pienso y siento como luchador social de toda la vida.

Me dirijo a todos Ustedes, incluyendo a los dirigentes de los partidos tradicionales y a los actuales gobernantes, porque considero que los peligros que amenazan a nuestra región – que nos acechan desde hace varias décadas -, se están multiplicando ahora para atacar y acabar con lo que ha cimentado nuestro pueblo en los últimos treinta (30) años.

Ustedes saben que una vez derrotado el poder latifundista y gran-terrateniente que dominó durante siglos la región, hecho que ocurrió alrededor de los años 80 del siglo pasado (XX), el campesinado caucano - mestizo, afrodescendiente e indígena -, en forma autónoma, sacrificada y muy creativa, logró construir una economía parcelaria que hoy tiene al departamento del Cauca entre los primeros productores de café de Colombia.

Pero su esfuerzo también se ha plasmado en una importante producción de caña panelera, pequeña ganadería, yuca para la producción de almidón, fruticultura, papa y otros productos, además que han construido – casi solos – cientos de acueductos comunitarios que representan una verdadera gestión social del agua. Muchas veces, obligados por las circunstancias, tuvieron que salir a la carretera panamericana para exigir la electrificación de sus veredas y la construcción y adecuamiento de las vías carreteables.

En las últimas dos décadas nuestro departamento sufrió – al igual que todo el país -, la agudización del conflicto armado, lo que generó el desplazamiento forzado de miles de caucanos hacia la ciudad de Cali y otras regiones. Sin embargo, en lo fundamental, nuestra gente ha seguido resistiendo. Muchos de ellos se refugiaron en cabeceras urbanas como Popayán, El Bordo, Timbío, Piendamó, Santander de Quilichao u otras, pero han seguido atendiendo de alguna manera sus pequeñas fincas y parcelas.

La mayor parte de la descendencia de ese campesinado hoy sobrevive en nuestras ciudades acudiendo al moto-taxismo, la venta ambulante, el micro-comercio, la industria familiar, y muchas otras maneras de “rebuscarse la vida”, incluyendo – sin que ello implique una descalificación – la canalización de recursos que de una u otra manera genera la economía del narcotráfico que se asentó en la región desde los años 70s. Ese flagelo ha servido también para afectar terrible y negativamente la vida normal de nuestras comunidades por las secuelas de violencia y descomposición social que causa ese tipo de economía ilegal.
Pero lo realmente grave es lo que ya ha mostrado la cara durante este año que terminó (2010). El conflicto armado se desplaza con mayor fuerza a nuestra región. Los reductos de los grupos paramilitares – hoy denominados “bandas armadas criminales” BACRIM – se han convertido en un verdadero peligro para nuestra gente.

Lo sucedido en el municipio de El Tambo en la última semana de diciembre es verdaderamente aterrador: todos los habitantes de la cabecera del corregimiento de Cuatroesquinas fueron encerrados en su pequeña iglesia y todas sus casas de habitación fueron saqueadas y robadas. Pero no es un caso aislado. Ya en otras veredas de ese municipio habían ocurrido hechos similares. Existe un alarmante vacío de autoridad y nuestra gente está indefensa frente a los violentos.
Por otro lado, en los municipios del nor-oriente del Cauca, la guerrilla en su enfrentamiento con las fuerzas armadas ha desarrollado una estrategia que está afectando directamente a la población civil – en su mayoría indígena -. El minado de caminos y ahora, de toda clase de predios, ya ha cobrado numerosas víctimas entre la población nativa, además que durante los últimos años han sido asesinados numerosos dirigentes indígenas de la región.

Toda esta situación no es casual. El conflicto armado y la economía del narcotráfico se han convertido en una estrategia de intervención territorial dirigida a despejar amplias zonas de comunidades campesinas y de mineros artesanales, como ya ocurre en municipios como Suárez y Buenos Aires. Lo casual y sospechoso es que en esos municipios, al igual que en muchos otros del departamento, las grandes empresas transnacionales adelantan trabajos de exploración y explotación de oro y otros minerales.

Tal estrategia ya ha sido implementada en otras regiones de Colombia y lo que viene sucediendo en el Cauca parece confirmar la regla. ¿Qué vamos a hacer frente a tamaño reto? ¿Vamos a dejar que el Cauca se convierta en un Magdalena Medio u otro Urabá? ¿Transitaremos sin resistirnos por el camino sufrido por la población de Arauca, Casanare, Meta, Caquetá, Putumayo o Guaviare? ¿Permitiremos que esa economía parcelaria que con tanto sacrificio levantaron nuestros campesinos sea barrida del mapa por la violencia y el desplazamiento forzado? ¿Dejaremos que nuestros bosques y selvas sigan siendo deforestados en detrimento del equilibrio de los ecosistemas naturales?

Este mismo año el invierno va a dejar su estela de pobreza en la región. La cosecha cafetera va a ser mínima por efecto del fenómeno climático y el impacto de la roya. Las fumigaciones y campañas de erradicación de cultivos de uso ilícito - sin ofrecer alternativas productivas viables a los productores agrarios -, también dejarán su huella de miseria. ¿Cuál es la propuesta que el Gobierno Departamental le presentará al gobierno nacional como parte Plan de Emergencia? ¿Acaso el señor Gobernador ha convocado a TODAS las fuerzas vivas del departamento para elaborar en forma consensuada los planes y programas para enfrentar tal situación?

Invito cordialmente – con carácter urgente - tanto al señor Gobernador como a los parlamentarios, alcaldes, diputados, concejales, dirigentes sociales y gremiales, a que se convoque lo más pronto posible una Gran Asamblea o Reunión de toda la dirigencia social y política del Cauca para UNIRNOS como una sola fuerza para acordar soluciones de corto y mediano plazo, y para organizar colectiva y democráticamente un evento en donde se le presente al presidente Juan Manuel Santos un verdadero y ambicioso Plan de Emergencia Social y Económico para el Cauca.
Además, ojalá ese encuentro sea un motivo para pensar entre todos el futuro de nuestra querida región. Fenómenos como la corrupción deben ser erradicados de la administración pública. La disputa político-electoral de 2011 no puede ser motivo o factor de enfrentamiento. Por el contrario, si se hace sobre la base de presentar propuestas de beneficio colectivo, será un escenario de unión, sana emulación y fructífera convivencia.

El Cauca y sus comunidades necesitan tramitar sus conflictos mediante el diálogo y la concertación. No podemos alentar una mayor fragmentación de la sociedad caucana. De hacerlo, seremos fácil presa de las amenazas que he descrito en los anteriores párrafos. Sólo la unión en torno a los intereses colectivos será garantía de progreso y de justicia social.

Cualquier comunicación o convocatoria me la pueden dirigir al teléfono 320 710 75 32 o al e-mail: ferdorado@gmail.com

Con sentimientos de respeto y consideración me suscribo de Ustedes,

FERNANDO DORADO GÓMEZ
Candidato a la Gobernación del Cauca
Dirigente y luchador social

Popayán, enero 3 de 2011

1 comentario:

  1. hace poco que estoy viviendo en unapartamento en buenos aires y e gustaría pode comunicarme.. ese teléfono sirve para todo Argentina?

    ResponderEliminar