Petro
enfrenta el bloqueo institucional apoyándose en la gente
Popayán, 29 de junio de 2023
Cómo era de
esperarse, Gustavo Petro inicia un nuevo proceso de gobernanza. Frente al
bloqueo institucional decide –con cierta premura y oportunidad– reencauzar su
acción de gobierno para encontrarse con las comunidades en los territorios y
construir lo que un amigo llama Democracia
Participativa Relacional o Democracia Directa en acción y en movimiento.
La primera
experiencia ya se había intentado con los “Diálogos Regionales Vinculantes”
pero dicho ejercicio fue muy general, esencialmente deliberativo, muy poco
vinculante, bastante formal, y en donde las comunidades no participaban en
forma directa. Además, las conclusiones de esa “consulta” fueron elaboradas por
expertos para el “diseño” del PND.
Lo interesante de
la experiencia que arrancó esta semana en el Departamento de La Guajira es que
se intenta ir más allá. Llegarle a la gente, escuchar sus iniciativas, tomar
decisiones con ellas y resolver problemas urgentes. Se siente que el espíritu
es diferente y que el reto es pasar de las promesas y propuestas a las
realizaciones concretas. Eso es importante y clave.
Claro, el reto es
enorme. Las dificultades son de todo tipo. Existe mucha dispersión y división entre
las comunidades (indígenas, campesinas y urbanas). Es fruto de un proceso
histórico que se formó en el proceso de resistencia a la invasión europea, la “criolla
republicana”, la migración árabe y la intervención de poderes económicos
transnacionales en el siglo XX.
Existen allí 19
resguardos indígenas (Kogui, Wiwa, Arhuaco, Kankuamo, Wayúu y Yukpa), así como
36 consejos comunitarios de comunidades negras en la Sierra Nevada, Serranía
del Perijá, planicie aluvial y macizos guajiros. También, hay población
campesina y ciudades como Riohacha y Maicao, además de núcleos urbanos más
pequeños en los 15 municipios.
El acumulado de
problemas es colosal pero la potencialidad de la región es formidable. La Exxon,
Drummond y otras transnacionales han explotado el carbón durante 40 años sin
que ello se haya traducido en efectivo desarrollo y bienestar para la
población. Al contrario, la degradación
del medio ambiente ha traído graves perjuicios para las comunidades.
Las comunidades han
sufrido diversos procesos
de contaminación producto de la explotación carbonífera, y han sido
testigos de los procesos de apropiación de las aguas para el uso minero y otras
economías extractivas. El impacto negativo en sus costumbres y cultura también
es evidente, aunque las comunidades se recrean y reorganizan en medio de la
resistencia.
Los eventos realizados
y liderados por Petro responden a la coyuntura de gobierno (bloqueo
institucional) y política (elecciones locales y regionales); apuntan a resolver
problemas urgentes (salud, agua potable, nutrición, etc.); y trazan líneas gruesas
para los proyectos estratégicos (cambio climático, transición energética,
turismo ecológico y cultural, otros). Además, construir una nueva forma de relacionamiento
entre el Estado y las comunidades.
Son actos de
gobierno diversos. Entrega de recursos económicos, tierras e instrumentos
para la educación y conectividad digital; devolución de las máscaras
koguis recuperadas en Alemania para empoderar la identidad ancestral; consultas
privadas y públicas con las comunidades indígenas para decidir sobre los
proyectos de agua potable y transición energética (eólica y solar), y la
reglamentación del nuevo ministerio de la mujer y la igualdad.
Petro sabe que
ese ejercicio es solo un inicio y que todas esas acciones tienen un mensaje
motivador. Que es la misma población y las comunidades las que tienen que
imponerse la tarea de depurar a los “operadores políticos” y derrotar la
corrupción, organizarse a diferente nivel y articularse en torno a los
proyectos estratégicos con visión integral y transformadora.
También es
consciente que no será con los mismos sectores políticos que han llevado a la
actual situación de crisis humanitaria y emergencia administrativa con quienes
puede cambiar la vida de ese departamento y sus gentes. Ha llamado a que las
comunidades se organicen para participar
en forma asociativa en los grandes proyectos que están en la agenda de la
transición energética que tienen un impacto para todo el país.
El gobierno ha
anunciado que estos ejercicios de “gobierno desde los territorios” continuará
en Arauca y proseguirán en otras regiones. Desde ya la población de todos los
departamentos deberán prepararse para convertir esos eventos en la construcción
de “asambleas populares” para avanzar hacia nuevas modalidades de participación
y acción popular transformadora.
Si ello se hace
con una mirada integral y transversal, con sentido práctico y poco “legalista”,
que combine derechos y acceso a servicios con ejecución práctica de proyectos diseñados
y controlados “desde abajo”, se trazará una línea política para los mismos
gobiernos locales y territoriales, y el bloqueo institucional será derrotado en
el terreno donde las comunidades pueden desarrollar toda su creatividad y
capacidad de gestión “de hecho”.
Así lo vienen
proponiendo los dirigentes
más claros y avanzados del Pacto Histórico que saben que se requiere
acumular mucha más fuerza social y política para romper el bloqueo existente en
el poder legislativo (Congreso) y judicial (Cortes, fiscalía, procuraduría). Y
con esa nueva actitud y práctica política, se despejará el panorama hacia las
elecciones locales y regionales.
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