Entre "Chuspas" y "Tito" |
Elecciones en Cauca y Popayán: poco
ruido y menos nueces
Popayán, 11 de
septiembre de 2019
El ambiente electoral en el
departamento del Cauca de cara a los comicios regionales y locales ofrece una
serie de contrastes que a primera vista parecen inexplicables.
En un departamento impactado por el
narcotráfico, la minería ilegal, la violencia reciclada luego de la
desmovilización de las Farc, la precariedad de las pequeñas economías campesinas
y agrarias, y el crecimiento de la delincuencia y la inseguridad en todos los
ámbitos, la ciudadanía no muestra ningún entusiasmo frente a las propuestas de
los candidatos y partidos políticos.
En una región donde las
organizaciones sociales se hacen sentir con movilizaciones, bloqueos de
carreteras y diversas formas de protesta, la campaña electoral no ha logrado
motivar a la población y transcurre sin pena ni gloria. Entre bostezos, falsas
peleas y cortesanismos a granel.
En Popayán se inscribieron 11
candidatos para la alcaldía por diferentes partidos y convergencias, de los
cuales, si acaso se destacan dos (2) de ellos, sin que eso signifique que los
payaneses estén polarizados por una u otra propuesta. Y a nivel departamental,
son 5 los candidatos pero solo dos (2) concentran el apoyo de la mayor parte de
las agrupaciones políticas.
La situación se puede describir
así:
a) Existe escaso interés y poco
entusiasmo electoral entre el grueso de la ciudadanía frente a los candidatos,
los partidos políticos y las convergencias existentes.
b) Se nota una gran incapacidad
de los candidatos y de los partidos políticos de captar la atención y el apoyo de
los electores.
c) El petrismo y uribismo que
polarizaron a la opinión pública en 2018, hoy no cuentan en la región con expresiones
políticas que planteen ideas claras y movilicen entusiasmos definidos.
d) Los principales problemas que
afectan al departamento y municipios son abordados en forma general y no se
perciben propuestas concretas que diferencien nítidamente a los candidatos
(as).
Alguien decía que la competencia a
nivel departamental no era un enfrentamiento entre los candidatos inscritos
para disputar la Gobernación sino entre los patrocinadores de ocasión. Los dos postulados más opcionados responden
a intereses de los principales senadores caucanos (Velasco y Ortega), que en
2015 fueron aliados e impusieron un gobernante compartido (Campo).
A nivel de Popayán, la confrontación
por la alcaldía gira alrededor de los mismos intereses personales y de
estrechos grupos de contratistas, pero ante el escepticismo y la incredulidad
de amplios sectores populares de la ciudad, y la posibilidad de hacer una campaña
con menos recursos económicos, la inflación de ilusiones electorales parece
haberse disparado.
Es sencillo: son los mismos con
las mismas; ayer estaban unidos, hoy están enfrentados; detrás o al lado de las
alianzas de conveniencia se encuentran los herederos de los viejos gamonales
clientelistas y corruptos, que en el pasado fueron derrotados pero que los “sectores
alternativos” dejamos respirar y revivir. En el pasado
(2000), “casamos el tigre y nos asustamos con el cuero”.
Los Iragorris, González y Chaux Mosqueras,
Jesús Ignacios, etc., siguen allí –detrás– mandando y ordenando. Las fuerzas
sociales y los partidos que se dicen “alternativos” no fuimos capaces de
construir nuevos liderazgos y nuevas formas de acción política. La ausencia de
unidad y la falta de claridad política nos condenan a soportar el pasado
gamonalista. ¡Es una desgracia!
E-mail: ferdorado@gmail.com
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