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miércoles, 20 de octubre de 2010

PROGRESAR A PARTIR DE LO PROPIO

PROGRESAR A PARTIR DE LO PROPIO (“NUESTRO”)

Popayán, octubre 20 de 2010

Popayán es la segunda ciudad con más desempleo del país. 18,2% es la cifra. Una de cada 5 personas no encuentra trabajo. Eso sin contar el empleo disfrazado: rebusque, ventas ambulantes, moto-taxismo, que es el refugio de miles de familias pobres. El desplazamiento por efectos económicos y sociales en el Cauca es la principal causa. También la violencia. Las consecuencias están a la vista: urbanización acelerada, descomposición social, delincuencia, inseguridad en las ciudades, avance de la economía del narcotráfico (coca, amapola, marihuana).

¿Cuál es el verdadero problema? El modelo de desarrollo impuesto en Colombia acaba con el empleo productivo. La crisis del sector agropecuario se agudiza. El pequeño y mediano productor y el empresariado medio, sea caficultor, panelero, papero, ganadero, floricultor, industrial, comerciante, etc., está siendo ahogado por la política estatal que entrega condiciones excepcionales a los grandes monopolios nacionales y extranjeros mientras le niega apoyo al productor colombiano.

Hay políticos que han promovido los mega-proyectos, “call centers” (centros de llamadas internacionales), y otros proyectos de ese tipo como solución. Sus intenciones son loables pero no tienen claro el problema. La forma como se construyó el Centro Comercial Campanario y como quieren acabar la Galería del barrio Bolívar, son ejemplos. Un inversionista de otro departamento diseña el proyecto, contrata los créditos y lo ejecuta. Los comerciantes de Popayán son sus clientes y los consumidores los que pagan. Aparentemente se crea empleo pero un estudio juicioso debe demostrar que por cada empleo precario que se “crea” allí, se destruye un empleo formal que antes mantenía un comerciante raizal o tradicional de Popayán. Sólo es una ilusión, sin desconocer la estética y la comodidad del centro comercial.

Una asociación de comerciantes de Popayán podría haber construido el “Campanario”. Con asesoramiento y apoyo técnico del Estado. Un socio estratégico habría sido necesario para tener el respaldo ante el capital financiero pero bajo un convenio equitativo y justo. De esta forma se hubiera eliminado el intermediario quien monopoliza las ganancias. Es otra fórmula para impulsar proyectos de desarrollo que no desplacen ni acaben con lo nuestro. Por el contrario, que lo potencien.

Hoy Campanario es un centro comercial que mueve economía. Es cierto. Es bonito y cómodo. Pero la percepción que tienen quienes allí tienen sus negocios es que su esfuerzo alimenta exageradamente las arcas de la transnacional Carrefour que gana sólo con el nombre (franquicia) y para el capitalista antioqueño quien “nos hizo el favor de construirnos el Centro Comercial”, como dicen quienes no pueden procesar la realidad con mirada crítica.

El debate sobre el modelo de desarrollo debe estar en el centro de la próxima campaña electoral para elegir autoridades regionales y locales. Es un debate crucial que se esquivó durante la campaña presidencial. Las preguntas son: ¿Cómo progresamos de verdad? ¿Cómo generamos empleo digno, bien pagado - no precario ni temporal -, para poder vivir bien? ¿Cómo hacemos para explotar en nuestro beneficio nuestras inmensas riquezas sin tener que entregárselas a otros (extranjeros)? ¿O nos contentamos con las migajas (regalías) que ellos nos quieran tirar? ¿Cómo progresar a partir de lo propio o de lo nuestro?

Bucaramanga con menos del 10% de desempleo demuestra que otro modelo productivo es posible. Ese ejemplo lo aplican todos los días los habitantes de Popayán con sus pequeños negocios y tiendas, ventas de arepas, chorizos, y demás productos en los barrios de la ciudad. Pero no tienen apoyo del Estado. Por el contrario los persiguen y acosan con normas y requisitos que nunca le aplican a los grandes monopolios y transnacionales. Para los poderosos… todo, para nuestra gente…¡nada!

Nota: En Cali, los habitantes de los barrios San Antonio y Libertadores desarrollan con gran creatividad y mucho trabajo, una experiencia de resistencia económica. Ese ejemplo nos sugiere otras formas de democracia social y económica. Además, protege y promueve la cultura de una comunidad que se niega a ser desplazada por el falso progreso y la modernidad depredadora y alienante. Son experiencias a fortalecer y seguir.

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