martes, 23 de junio de 2015

AVANZA LA UNIFICACIÓN DE SANTOS Y URIBE

A pesar de la beligerancia del Procurador…

AVANZA LA UNIFICACIÓN DE SANTOS Y URIBE

Bogotá, 23 de junio de 2015

El cese unilateral de fuegos declarado por las FARC a finales del 2014 fue una acción política de enorme dimensión. Era un punto de acercamiento a la población y mostraba una relativa y creciente voluntad de paz, a pesar de la campaña mediática desarrollada para desvirtuarla.

Esa acción de paz como parte de la desactivación del conflicto armado era incómoda para el establecimiento oligárquico. Debía ser desprestigiada y derrotada.

Inicialmente el presidente Santos avanza hacia el desescalamiento del conflicto armado con la suspensión de los bombardeos aéreos. El proceso de paz se fortalecía.

La lectura de los estrategas imperiales, de los generales uribistas y de gran parte del bloque dominante era que se le estaban dando grandes ventajas a la guerrilla. No se admitía la renuncia a los bombardeos aéreos ya que hoy es la principal y más efectiva herramienta bélica del Estado.

La orden imperial de fortalecer la gobernabilidad de Santos buscando acuerdos con Uribe requería una nueva fase de agudización de la guerra.

Es así como se suman tres debilidades del régimen dominante: La frágil gobernabilidad de Santos, la precaria condición judicial de Uribe (sus grandes amigos y cómplices están en la cárcel o de huida en el exterior) y la inminente (y ocultada) crisis económica que ahora ya se reconoce como recesión y apretón fiscal (http://bit.ly/1Lz854W).

El gobierno estaba esperando un “papayaso” para revertir sus concesiones en el terreno bélico. Lo ocurrido en abril de 2015 en Buenos Aires (Cauca) sirvió de motivo para desacreditar el cese de fuegos unilateral declarado por las FARC.

De esa manera se entra en la fase actual de agudización del conflicto armado. La guerrilla no tiene más que acudir a su capacidad de daño, incluyendo actos terroristas (que ellos califican como “actos de guerra”). Entran al terreno de enfrentarse con la población civil.

La consigna “uribista” de cese bilateral de fuegos con concentración de las guerrillas con verificación internacional ganará fuerza en la medida en que la guerrilla produzca más actos de guerra, en especial los atentados contra la infraestructura eléctrica y productiva.

Las órdenes de Santos a su nuevo ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, son que hay que mantener la ofensiva militar mientras se dialoga en La Habana y garantizar el cumplimiento de la ley en todo el territorio nacional. Esa es su orientación.

Las conversaciones secretas y acercamientos públicos entre Uribe y Santos van en la dirección de fortalecer la gobernabilidad de Santos e insertar prudente y sutilmente al uribismo al proceso de paz.

Los tuits del Procurador a Timochenko (http://bit.ly/1LyXhnk), de hoy martes 23 de junio, a pesar de su aparente beligerancia y contundencia, muestran la orientación de sumarse al proceso de paz con actitud “propositiva” como lo viene haciendo Uribe.

El cese unilateral de fuegos de las FARC quedó atrás. Será muy difícil que lo vuelvan a utilizar.

El pulso de los próximos meses, mientras poco se avanza en la mesa de negociación y la guerra se acrecienta en los territorios, será por las condiciones de un posible cese de fuegos bilateral.

El gobierno ante la presión de la guerrilla tendrá que echar mano de la propuesta de Uribe (http://bit.ly/1FyOUD8).

Es evidente que el bloque de poder oligárquico continuará unificándose para conseguir su “paz neoliberal”.

La “paz” y la coyuntura electoral

En la coyuntura electoral los partidos del establecimiento neoliberal hacen fuerza porque los candidatos/as democráticos y de izquierda se alineen con las propuestas de las FARC (cese de fuegos bilateral y Asamblea Nacional Constituyente).

Su objetivo es desprestigiar a las fuerzas alternativas identificándolas con la insurgencia para derrotarlas en las elecciones de octubre de 2015. En el caso de Bogotá es evidente que ellos no tienen propuestas sociales que beneficien a la población.

No se debe caer en la trampa. La prioridad de los gobiernos locales y regionales no es el tema de la paz y la guerra. Ese es un tema nacional y hasta internacional.

Por ello los candidatos a Alcaldías y Gobernaciones deben centrarse en los problemas concretos de la población que son el desempleo, salud, educación, servicios públicos, defensa del medio ambiente, movilidad, seguridad, impacto de la mega-minería y del plan de desarrollo en los territorios.

A las políticas sociales que en el caso de Bogotá se han centrado en la inclusión social, la adecuación de la ciudad al cambio climático y la defensa de lo público, hay que agregarle acciones contundentes y efectivas para resolver los problemas de movilidad que se han acumulado durante las últimas décadas debido al crecimiento descomunal de la población bogotana, pero también es importante avanzar en propuestas productivas para enfrentar el desempleo que ha crecido por efecto de la crisis económica, además de profundizar la Democracia Ciudadana como herramienta para democratizar las Alcaldías Locales, derrotar la corrupción y atacar el burocratismo existente en el Distrito Capital.


La principal tarea del momento es construir la unidad de las fuerzas democráticas alternativas para derrotar a los partidos que aglutinan la “Rosca Neoliberal” en las elecciones locales y regionales. No podemos dejarnos enredar con el tema de la “paz” como base para construir esa unidad. No se puede caer en ese embeleco. 

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