viernes, 6 de agosto de 2010

COLOMBIA: MOMENTO DE PENSAR EN GRANDE

Entre el fundamentalismo y el pragmatismo

COLOMBIA: MOMENTO DE PENSAR EN GRANDE

Popayán, 5 de agosto de 2010

La mayoría del PDA ratificó en la presidencia del partido a Clara López a manera de negativa frente a la propuesta de jefatura única del ex-candidato presidencial del PDA Gustavo Petro Urrego. No hubo un debate amplio sobre el tema pero afloraron una vez más las diferencias de fondo.

Con jefatura única o plural, el Polo debe abrir un debate serio y fraternal sobre las diferencias conceptuales que nos enfrentan. La discusión abierta y organizada de esos problemas puede ser un excelente ejercicio pedagógico, de formación de la militancia y clarificación de la acción política.

En Colombia giramos entre el “principismo” (dogmatismo) y el “pragmatismo” (eclecticismo). La primera actitud nos lleva a aislarnos del grueso del pueblo, al inmovilismo, a la secta aislada. La segunda, nos conduce a plegarnos a la política dominante, a convertirnos en aliados subordinados de la oligarquía.

El dogmatismo surge de asumir la teoría con criterio academicista, “teoricista”, no como una “guía para la acción”, lo cual exige una actitud de permanente aprendizaje. El pragmatismo tiene su origen en menospreciar la teoría. Solo una actitud de estudio sistemático de la realidad - incluyendo la acción política y social -, nos permite construir verdadera visión estratégica que nos hace fuertes en la concreción táctica.

Algo de historia

En Rusia, Lenin derrotó a los extremistas (les llamaron otzovistas) que en 1906 querían impedir que los socialdemócratas participaran en la Duma (parlamento ruso). Pero también enfrentó a los mencheviques, que reducían la acción del partido a la oposición parlamentaria. En cada ocasión, ese genial dirigente proletario se opuso a unos y otros, como ya lo había hecho Marx con Bakunin, por una parte, y con Lasalle, por la otra.

En China Mao Tsé Tung venció a quienes se oponían a la alianza con el Kuomintang (partido político de la burguesía naciente, que vacilaba entre el nacionalismo y la sumisión a los imperios extranjeros). Igual se enfrentó a aquellos que querían diluirse en ese partido burgués. Mao fortaleció el Partido Comunista, enfrentándose a Stalin, e impulsó alianzas con el Kuomintang, en varias ocasiones. Y triunfó.

En Sudáfrica, Mandela se opuso a los sectores extremistas de su partido que querían exterminar a la “minoría blanca”. Pero, así mismo, derrotó a quienes en la lucha por acabar con el apartheid, renunciaban a la conquista de una democracia plena, como primer paso hacia lograr la equidad social y económica para su pueblo. Así unificó a todos, negros y blancos, superando la segregación racial y un conflicto de largo aliento.

Experiencias nuestras

En Colombia, tenemos varios ejemplos. Juan Tama de la Estrella, dirigente indígena nasa, Cacique de Pitayó, a principios del siglo XVIII, unificó a diversos pueblos originarios. Se alió con el Cacique de Togoima, con quien antes había guerreado, e impulsó una alianza o acuerdo con los españoles, aprovechando las contradicciones entre la Corona y los Encomenderos. Las difíciles condiciones de la resistencia llevaban al exterminio como pueblos autónomos, y era urgente encontrar una salida.

El cacique nasa convenció a los más desconfiados (fundamentalistas). Así fortalecieron la unidad y negociaron con sus enemigos. Se paró la guerra desgastante, se defendió su autonomía (territorio y autoridad propia) y se pusieron en la tarea de acumular fuerza para retomar la lucha en mejores condiciones. Lo más importante… ¡Sobrevivieron! Tuvieron que pasar más de tres siglos para que los pueblos indios colombianos recuperaran la iniciativa. Primero con la “Quintiniada” (1911-1922) y después, con la fundación y luchas del CRIC (1971). Hoy, están nuevamente a la defensiva.

Jorge Eliécer Gaitán, el dirigente popular socialista más importante que ha dado nuestro pueblo, enfrentó a fundamentalistas y oportunistas. Derrotó – teórica y prácticamente -, incluso dentro de sí mismo, a quienes lo querían convencer que debía salirse del partido liberal para desarrollar el proyecto político democrático y libertario. Él ya lo había intentado cuando creó la UNIR[1], iniciativa que lo aisló temporalmente de las amplias masas populares liberales. Pero también, se opuso a quienes pretendían que claudicara ante los oligarcas para acceder al poder.

Una tesis para explicar la permanencia de esa dicotomía

Me atrevo a plantear una tesis que debe ser tema de estudios de sociología, antropología e historia. En las regiones latinoamericanas donde el poder colonial de origen castellano se entrelazó con sociedades imperiales nativas (azteca, inca, muisca) surgieron sistemas políticos con características especiales. No fue casualidad que se fundaran allí los Virreinatos, que se corresponden con los actuales centros de poder de la oligarquía.

En los futuros Virreinatos de México, Perú y Nueva Granada (Colombia), la resistencia indígena fue muy frágil. Las contradicciones internas existentes en las sociedades nativas les impidieron resistir como lo hicieron los Nasa, Mapuche, Caribe, Iroqués, y cientos de pueblos de América, que eran autónomos o habían adquirido experiencia en la lucha de resistencia frente a esos imperios pre-colombinos.[2]

Pareciera que las relaciones feudales de producción de Castilla, Andalucía y otras zonas de la España de entonces, hubieran encontrado formas de dominación (castas, costumbres, ideología) entre esas sociedades indígenas imperiales, que al integrarse generaron una formación socio-política particular. La servidumbre feudal se fusionó con la sumisión nativa. Surgió un fuerte soporte cultural colonial-clerical-servil, base del control oligárquico actual.

Ante un fuerte, absoluto, y excluyente poder colonial y - la no aparición de una verdadera burguesía industrial (y de la clase obrera) -, las actitudes que se han impuesto han sido, la rebelión total, casi suicida, y la sumisión oportunista, el acomodamiento.

El reto actual frente a la “unidad nacional” santista

Los demócratas colombianos debemos hacer esfuerzos por “re-pensarnos”. Entender nuestras limitaciones históricas como una manera de avanzar. Este momento histórico nos exige superar los comportamientos tradicionales.

La oligarquía colombiana está obligada a hacer cambios. El gobierno saliente deja gravísimos problemas acumulados. El modelo imperante requiere ajustes. Crece el desempleo. El déficit fiscal los acosa. Sostener los programas asistenciales – principal herramienta populista -, no va a ser fácil. La presión internacional va a continuar frente a los crímenes y a la impunidad. Si no fuera así, habrían reelegido a Uribe.

Por ello Santos ha llamado a todos los “caciques”, incluyendo a la oposición, para ofrecer la “unidad nacional”. El plan de entrega de nuestras riquezas al gran capital internacional sigue adelante, pero requiere de algunas reformas. Les urge mostrar un “rostro humanitario”. Es claro que la “prosperidad democrática”, igual que la “seguridad democrática”, será sólo prosperidad para unos pocos: los poderosos.

Pero lo especial del momento consiste en que - por primera vez en mucho tiempo -, un sector del empresariado se expresó políticamente por aparte de los partidos tradicionales[3]. Lo hicieron con los “verdes”. Hace 8 años confiaron en las promesas de eficiencia y meritocracia de Uribe. Ahora reclaman ética, transparencia y legalidad en el manejo de lo público. Pero van más allá. Cada vez se muestran más dispuestos a revisar nuevas salidas al conflicto armado, la necesidad de fortalecer la producción nacional - cada vez más subsumida al interés y capital extranjero -, y les preocupa la ubicación de Colombia frente a la región y al mundo.

Son trazas débiles de lo que en otros países latinoamericanos es el nacionalismo burgués. No es mucho, no podemos hacernos ilusiones, pero expresan necesidades reales. Los EE.UU. y Europa, en su decadencia, ya no son aliados fuertes. Los empresarios medios y pequeños que aspiran al progreso económico con base en el trabajo productivo, se muestran cansados de un Estado y una política que sólo sirve a grupos económicos monopolistas y a sus intermediarios clientelistas.

No son sólo las protestas coyunturales de los productores de café, carne, leche, arroz y otros productos, que son sintomáticos. El asunto va más allá. Lo realmente importante es que esa “burguesía nacional” está construyendo identidad política al calor de la crisis mundial del capitalismo, y como consecuencia de la caída de la hegemonía estadounidense.

Por eso no es el momento de enredarnos en temas internos de los partidos. Sólo una acción política de amplia cobertura nos permite tomar la iniciativa. Hagámosle honor a nuestros libertadores pensando en grande. Debemos apuntar a desenredar el ovillo y, enfrentar la trampa histórica que vive Colombia. Es la clave del asunto.

Los temas centrales están a la vista. Hay que presentarle al país una propuesta viable, acorde a las circunstancias concretas, con visión de Nación. La carga impositiva de la guerra interna, las distorsiones económicas que producen la economía del narcotráfico y la inversión extranjera, y la corrupción generalizada en el manejo del Estado, son problemas que recaen, básicamente, sobre la burguesía nacional y sobre los trabajadores.

Hay que tomar la iniciativa. La Paz democrática y la reconciliación entre los colombianos son tareas posibles. Colombia tiene la autoridad moral para plantearle al mundo la propuesta de la legalización de la droga como única forma de liquidar esa economía ilegal. De la primera tarea hay que convencer a la sociedad colombiana, incluyendo a la insurgencia. Ya es hora de superar ese conflicto que sólo le sirve al imperio, a la oligarquía y a los negociantes de la guerra. La segunda exige una acción política continental.



[1]UNIR: Unión Nacional Izquierdista y Revolucionaria, fundada en 1933.

[2]Casos típicos son los del sur de Colombia (Pastos, Quillacingas, Sindaguas) y en Chile (Mapuches).

[3]La “U” y el PIN sólo son “escampaderos” de ocasión.

1 comentario:

  1. http://www.youtube.com/watch?v=5u_c-iDZDmU

    aqui s da una respuesta de lo que puede ser la situacion en mi pa[is en tiempos modernos

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